Lucha senegalesa
Lucha senegalesa (Fr. Lutte Sénégalaise, wolof Lamb o Laamb) es un tipo de lucha tradicional muy popular en Senegal (principalmente en Sine-Saloum y Casamance) y parte de Gambia, y es parte de una forma de lucha tradicional en África Occidental más amplia. La variante senegalesa tradicionalmente permite golpes con las manos (frappe), y es la única de las luchas del África Occidental en hacerlo. Dentro de una confederación más grande y del campeonato africano de Lucha tradicional que se ha desarrollado desde la década de 1990, los luchadores senegaleses ahora practican ambas variantes, llamada oficialmente Lucha tradicional sin golpes Lutte Traditionnelle sans frappe (para la versión internacional) y Lutte Traditionnelle avec frappe para la versión con golpeo.Historia
Deporte tradicional, los primeros combates de lucha tenían lugar después de la temporada de lluvias y enfrentaban a los luchadores de las aldeas vecinas en campeonatos llamados mbaapat. Esto es particularmente cierto en las regiones del norte del Seno-Saloum y Casamance.El vencedor del torneo podía ganar ganado, granos u otros bienes. Tradicionalmente, los hombres jóvenes solían luchar como distracción, para cortejar sus mujeres, probar su virilidad, y otorgar honor a sus aldeas. Por lo general, cada luchador llamado M'burr en wolof realiza un baile antes del inicio del combate.
Con el paso del tiempo y el éxito, la lucha se fue convirtiendo en algo cada vez más importante, así como aumentaba el caché de los luchadores. Hoy en día los combates son grandes acontecimientos deportivos que movilizan a los medios de comunicación y reciben la atención de los residentes y la diáspora. Trascendiendo los grupos étnicos, el deporte goza de condición de deporte nacional. Actualmente, la lucha está organizada por empresas promotoras que ofrecen premios para los ganadores.
Reglas
El reglamento es muy estricto y complejo. Se aplica por tres jueces árbitros.Un combate dura cuarenta y cinco minutos (45’) en tres partes con pausas de cinco minutos (5). El combate termina cuando hay una caída de uno de los luchadores. Se considera que existe caída cuando la cabeza, las nalgas o la parte trasera del luchador llegan al suelo. La victoria también puede atribuirse a un luchador cuando su oponente no presenta las condiciones físicas o médicas adecuadas para la lucha.
Noticia insolita:
La estrella de la lucha en Senegal es español
14/07/2011 - Teinteresa.es
- Le apodan "El León Blanco".
- Su lema es "Amul Ragal": No hay miedo.
- Las estrellas cobran 150.000 euros.
El pasado sábado, frente a Pape Cargo, un luchador poco conocido de
199 centímetros de estatura y 135 kilos de peso, firmó un nuevo triunfo
con tanta facilidad como en sus dos anteriores combates, en los que sus
adversarios no resistieron más de un minuto frente a él.
"Llego siempre a los combates con ganas de vencer y de hacerlo lo más rápido posible", comenta en una entrevista con Efe el "León Blanco", de 31 años, natural de Las Palmas de Gran Canaria, con 198 centímetros y 135 kilos.
El luchador afirma que está en Senegal no por dinero, sino por la fama y las sensaciones que ofrece la lucha en este país de África Occidental: "No hay ningún otro país en el mundo -subraya- donde un combate de lucha llene un estadio de 50.000 localidades".
Espino, que acumula numerosos títulos nacionales e internacionales de lucha, descubrió este deporte en el año 2000, gracias a Pepe Gómez, su consejero, quien regresó de un viaje a Dakar con vídeos de combates.
"Lo que vi me pareció fascinante", dice el canario, que más tarde viajó a Dakar, en agosto de 2009, con motivo de un combate entre dos destacados luchadores: Yekini, actual "Rey de la Arena" con un récord de 19 victorias y un empate en 20 combates, y Gris Bordeaux.
El promotor de ese enfrentamiento le ofreció al "León Blanco" la oportunidad de estrenarse en la arena senegalesa, en un combate de exhibición frente a Khadim 2, un buen atleta pero de segunda categoría.
La experiencia está siendo muy emocionante para Espino, quien resalta que, en más de diez años de carrera de lucha canaria y lucha libre, no actuó jamás ante un público de más de 6.000 personas.
Desde entonces, el deportista español tomó la decisión de involucrarse en la lucha senegalesa que es muy popular en ese país y cuyos combates duran unos 45 minutos y acaban cuando hay una caída de uno de los luchadores.
Los trámites para conseguir la licencia por parte del Comité Nacional de Gestión de la Lucha, que hace las veces de federación de este deporte, duraron pocos meses, y en octubre de 2010 luchó en su primer combate como profesional frente a Mbaye Sene, alias "Dawul Xare" ("No rehuye la guerra" en wolof, idioma hablado en Senegal). El combate duró tan sólo un minuto.
De apenas una decena de espectadores durante este choque, los seguidores del "León Blanco" pasaron a ser varios centenares en el combate del pasado sábado, algunos con banderas españolas y canarias, origen del único luchador europeo de la arena.
"¡Juan, Juan!", gritaron sus seguidores, que iban vestidos con camisetas con su efigie y que acogieron su victoria con aplausos.
En su tercera presencia en la arena, el canario -cuyo lema es "Amul Ragal": "No hay miedo", en wolof- se puso a tono, adoptando el atuendo típico, bailando como los demás al ritmo de los tambores locales y efectuando el ritual de preparación.
El "León Blanco" valora esa mística del ritual, no por mimetismo, sino por total convicción de que es importante para protegerse. "Siento -asegura- los efectos positivos del ritual místico, que me da fuerza interior y fe en la victoria".
La lucha senegalesa no es sólo un combate físico, sino también un enfrentamiento místico entre adversarios, conforme a las creencias tradicionales.
De momento, no cobra los sueldos de los luchadores de elite (cuyos honorarios llegan a alcanzar los 150.000 euros), pero le falta poco para hacerse un hueco entre los mejores, según cree Balla Gaye, manager del equipo homónimo, al que pertenece Espino.
"Lo tiene todo para luchar con los mejores. Lo ha demostrado en tres combates y no tardará en entrar en ese círculo restringido de la elite, si los promotores le dan la oportunidad", dijo a Efe Gaye.
"El León Blanco" pretende dedicar parte del dinero que gana a apoyar acciones humanitarias dirigidas a jóvenes y niños senegaleses desfavorecidos: "Con lo que gano, voy a ayudar a orfanatos y centros de acogida de minusválidos".
Mientras tanto, va trazando su camino: "No es posible llegar y luchar contra los mejores de la arena. Tengo que empezar con luchadores anónimos y poquito a poco subir de categoría para formar parte de la elite".
Y así ha sido cómo este joven español se ha hecho famoso, poco a poco, tal y como se percibe por el cariño que le manifiestan en las calles de Dakar, donde ya no pasa desapercibido.
"Llego siempre a los combates con ganas de vencer y de hacerlo lo más rápido posible", comenta en una entrevista con Efe el "León Blanco", de 31 años, natural de Las Palmas de Gran Canaria, con 198 centímetros y 135 kilos.
El luchador afirma que está en Senegal no por dinero, sino por la fama y las sensaciones que ofrece la lucha en este país de África Occidental: "No hay ningún otro país en el mundo -subraya- donde un combate de lucha llene un estadio de 50.000 localidades".
Descubrimiento en el 2000:
Espino, que acumula numerosos títulos nacionales e internacionales de lucha, descubrió este deporte en el año 2000, gracias a Pepe Gómez, su consejero, quien regresó de un viaje a Dakar con vídeos de combates.
"Lo que vi me pareció fascinante", dice el canario, que más tarde viajó a Dakar, en agosto de 2009, con motivo de un combate entre dos destacados luchadores: Yekini, actual "Rey de la Arena" con un récord de 19 victorias y un empate en 20 combates, y Gris Bordeaux.
El promotor de ese enfrentamiento le ofreció al "León Blanco" la oportunidad de estrenarse en la arena senegalesa, en un combate de exhibición frente a Khadim 2, un buen atleta pero de segunda categoría.
La experiencia está siendo muy emocionante para Espino, quien resalta que, en más de diez años de carrera de lucha canaria y lucha libre, no actuó jamás ante un público de más de 6.000 personas.
Desde entonces, el deportista español tomó la decisión de involucrarse en la lucha senegalesa que es muy popular en ese país y cuyos combates duran unos 45 minutos y acaban cuando hay una caída de uno de los luchadores.
Los trámites para conseguir la licencia por parte del Comité Nacional de Gestión de la Lucha, que hace las veces de federación de este deporte, duraron pocos meses, y en octubre de 2010 luchó en su primer combate como profesional frente a Mbaye Sene, alias "Dawul Xare" ("No rehuye la guerra" en wolof, idioma hablado en Senegal). El combate duró tan sólo un minuto.
De apenas una decena de espectadores durante este choque, los seguidores del "León Blanco" pasaron a ser varios centenares en el combate del pasado sábado, algunos con banderas españolas y canarias, origen del único luchador europeo de la arena.
"¡Juan, Juan!", gritaron sus seguidores, que iban vestidos con camisetas con su efigie y que acogieron su victoria con aplausos.
En su tercera presencia en la arena, el canario -cuyo lema es "Amul Ragal": "No hay miedo", en wolof- se puso a tono, adoptando el atuendo típico, bailando como los demás al ritmo de los tambores locales y efectuando el ritual de preparación.
El "León Blanco" valora esa mística del ritual, no por mimetismo, sino por total convicción de que es importante para protegerse. "Siento -asegura- los efectos positivos del ritual místico, que me da fuerza interior y fe en la victoria".
La lucha senegalesa no es sólo un combate físico, sino también un enfrentamiento místico entre adversarios, conforme a las creencias tradicionales.
De momento, no cobra los sueldos de los luchadores de elite (cuyos honorarios llegan a alcanzar los 150.000 euros), pero le falta poco para hacerse un hueco entre los mejores, según cree Balla Gaye, manager del equipo homónimo, al que pertenece Espino.
"Lo tiene todo para luchar con los mejores. Lo ha demostrado en tres combates y no tardará en entrar en ese círculo restringido de la elite, si los promotores le dan la oportunidad", dijo a Efe Gaye.
"El León Blanco" pretende dedicar parte del dinero que gana a apoyar acciones humanitarias dirigidas a jóvenes y niños senegaleses desfavorecidos: "Con lo que gano, voy a ayudar a orfanatos y centros de acogida de minusválidos".
Mientras tanto, va trazando su camino: "No es posible llegar y luchar contra los mejores de la arena. Tengo que empezar con luchadores anónimos y poquito a poco subir de categoría para formar parte de la elite".
Y así ha sido cómo este joven español se ha hecho famoso, poco a poco, tal y como se percibe por el cariño que le manifiestan en las calles de Dakar, donde ya no pasa desapercibido.
http://www.youtube.com/watch?v=8Zxv9Wj-LrM
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