Hoy sera un dia que quizas marcara un antes y despues, por que quiero compartir con vosotros la publicacion de parte del libro que pienso sacar la venta muy pronto su titulo:
LINDIAN, CRONICA DE LA CAIDA DE UN REINO.
CAPITUL O 1
Años
después de la desaparición de la isla encantadora de Atlantes, las fuerzas del
mal se acaparan del mundo, el miedo y el
terror están a punto de destruir la
humanidad para siempre.
En este
contexto, la esperanza viene de lo que, un pequeño número de humanos se salvara
gracias a las fuerzas del bien, bajo la sabia dirección del Rey Hachil; un hombre alto, fuerte,
activo, sus cabellos negros y su piel mestiza recuerdan que sus orígenes tienen
raíces en la fuerte mezcla de civilizaciones del reino de sus antepasados. Sus
ojos, de un azul profundo, eran lo que más impresionaba en este personaje misterioso, hijo de uno de
los más poderosos dirigentes de la civilización anterior.
El reino de Lindian,
su nuevo territorio, estaba limitado al norte por el mar, que bordeaba las
tierras fértiles del país de la sabana, al sur por la selva de los misterios
(donde se encuentra el Palacio de las Maravillas en el País de las Brujas), al
este por el gran Océano y al oeste por el mar tranquilo. Entre el país de la
sabana y la selva de los misterios se ubicaba el desierto de Tund, donde la
gente cree que nadie puede sobrevivir,
que solo los que reciben la bendición de los elegidos pueden enfrentar su
hostilidad.
Pero este mundo tiene
sus leyes; el Rey, impuesto por las brujas del bien, a pesar de la oposición de
las malas, es siempre elegido por el Consejo Supremo de las brujas. Para
dirigir con eficiencia, puede beneficiarse de la ayuda que le proporciona el
Consejo de los Ancianos y la consulta de las voluntades de los dioses, gracias a su inseparable vidente Tama .Como
de costumbre en estos tiempos, el Rey Hachil se casó con dos mujeres; la
primera, Hani, de estatura media, era
una mujer llena de alegría y bondad hasta que el rey decidió casarse por
segunda vez. Cansada de haber intentado tanto lo posible como lo
imposible para impedirlo, se resignó, y
desde entonces, se recluye casi siempre en el ala norte del palacio, donde, a
veces, la visitan unas amigas fieles, de las cuales, una de ellas, es la vidente Tama. De
la unión del Rey Hachil y de Hani, nació el primogénito de la familia real, el
príncipe Rhode.
Dalila
segunda esposa de Hachil, elegante y de fácil abordaje, una mujer siempre dispuesta a satisfacer hasta los caprichos
más extravagantes de su marido. Trabajadora, obra sin cansarse porque
todo el mundo llevara una vida decente en el reino de donde le viene la
simpatía y el reconocimiento del pueblo. De esta unión el Rey tuvo su segundo
hijo, Lorian, el benjamín de la familia.
Rhode, el hijo de su primera esposa Hani,
era fuerte y vigoroso, con sus ojos de color
marrón claro, igual que los de su madre, su cara con rasgos marcados y su nariz
aguileña.
Lorian
benjamín e hijo de Dalila segunda esposa del rey Hachil , al contrario,
tenía una cara mas refinada, con su cabello negro, sus ojos azules y su alta
estatura recuerda mucho a su padre. A
diferencia de Rhode, el pequeño Lorian aprendió rápidamente a
desarrollar tanto su inteligencia como su físico, gracias a su madre quien lo
envió a estudiar a las más importantes escuelas del mundo. A pesar de sus
diferencias y que Hani primera esposa del rey Hachil se oponía a que se viesen
a menudo, los dos niños se estimaban el uno al otro y fueron los mejores amigos
del mundo.
LAS
MARAVILLAS DE LA
CIUDAD DE ARDEN
ARDEN, capital del reino de lindian. Una
ciudad limpia y grande por sus ciudadanos pero también, sus
infraestructuras modernas: un puerto marítimo en aguas profundas, un
faro que vislumbra tanto en buenOs como malOs TIEMPOs, sus avenidas
largas y anchas con parques y farolas, tantAS COSAS que agradaban la
vida de la gente. En el extremo
norte de la ciudad y al lado del puerto se encontraba el mercado
central. Se decía que todo lo que no se puede
encontrar en los otros mercados se
vendía como agua en Arden. Así, mercancías que venían de todas partes
del mundo se vendian en sus tiendas.
Una universidad de excelencia formaba a las futuras élites de muchos reinos del mundo en todas las
disciplinas. Gracias a un sistema de integración racional de los extranjeros
que benefician del pleno derecho a trabajar en cualquier sitio y profesión,
se les juzgaba según su saber hacer o su
experiencia para incrementar el desarrollo del reino y no según su color,
orígen u otro tipo de consideración. Ellos también, conscientes de su perfecta
integración, jugaban su partitura a fondo contribuyendo al crecimiento del
bienestar general por su trabajo y participación activa en la vida social y
económica. Los conflictos se solucionaban en una audiencia pública presidida
por el Rey Hachil delante del Consejo de los Ancianos y todo se solucionaba de manera amigable. Ciudadanos, nativos como extranjeros tenían derecho a pedir reparo
a cualquier alto cargo, el Rey Hachil
mismo se prestaba de maner alegre a lo que consideraba como el estado supremo de la
expresión de los derechos universales.
Situado al final de
la gran avenida el Palacio Real se extendía en el centro de la capital, como una espada de
bienestar penetrando en el corazón de un pueblo feliz de la vida que les
ofrecieron los dioses, a través de un Rey bueno y sabio. El palacio real era un edificio imponente con
sus cinco torres, sus jardines grandes
que se extendían a sus pies como una
reverencia de la naturaleza a su majestuosidad. Al entrar en el centro del
edificio principal se encontraba la sala
de recepción, inmensa con sus
paredes decoradas con los más finos tejidos cosidos con hilos de oro y plata y bordados con diamantes. Todo el edificio
estaba enteramente hecho de mármol, vidrio y oro. Al fondo del salon principal había dos
escaleras que formaban un círculo abierto. La escalera de la derecha llevaba a
los apartamentos de los reyes, y la de la izquierda a las otras alas del
palacio. Es en este mundo feliz donde se desarrollara una de las
historias más terribles nunca vividas.
En este momento, en el palacio de los
milagros; situado en la parte más secreta de la selva, donde ningún humano
había penetrado antes, salvo la adivina, Tama y el Rey Hachil, Las brujas tenían la reunión de su Consejo Superior para decidir el futuro del reino de
Lindian, Y, de quién debía ser heredero del trono y de los secretos de las
civilizaciones.
*
LA
MUERTE DEL REY
HACHIL
En una noche
de invierno oscura y fría, todas
las poblaciones de Lindian estaban esperando con una gran tristeza las noticias
que les llegaban sobre el estado de evolución de la salud de su jefe supremo en Arden.
En efecto, el rey Hachil esta a punto de
morir y todos los médicos que lo
visitaron estaban desmoralizados puesto que ningún tratamiento podía frenar la
agravación de la misteriosa enfermedad que lo mataba poco a fuego lento. En su
apartamento situado en la torre central se reunieron las mujeres del Rey, sus
hijos, su médico personal y Tama la adivina.
Hani, primera mujer del Rey, inquieta se
dirigió al médico de su marido:
- ¡Doctor!
- Alteza - contestó el doctor con una gran
reverencia.
_ ¿Cómo se encuentra nuestro esposo y Rey?
- ¡Bueno, eh, bueno! vamos a ver -balbucía el doctor.
- ¡habla sin miedo, te lo ordeno!, lo
que debe
pasar, pasara, hemos conocido peores momentos que un banal resfriado de
nuestro ser querido Rey dijo hani.
El doctor
levanta su mano derecha, se pone
a acariciar su bigote nerviosamente, paseando de la ventana a La cama del rey y de
la cama a la ventana, como si estuviera buscando algo. En un momento se paro,
debe ser un gran peso para el anunciar
el fin de la vida de un hombre tan importante
como lo era su majestad. Decidido, se da la vuelta para encarar a la
familia real que lo miraba con mucha inquietud:
-De
verdad, lo que le voy a decir no os gustara oírlo, pero, así lo han decidido los dioses. Nuestro maestro
esta a punto de despedirse de este mundo antes del amanecer. Su alma subirá al
barco que le llevara al país de los sueños eternos.
Ante estas palabras todo el mundo permanece
callada, las lágrimas empiezan a salir de los ojos de los que asistan a los últimos momentos de un
rey bueno y amado de su pueblo.
El
cuarto se volvió mas frió a pesar
del fuego de leña que los sirvientes prendieron en la chimenea que estaba en un
rincón al fondo de la sala. En un
instante de lucidita, el rey, con un
gran esfuerzo y ayudado por sus hijos se
sentó en la cama, recorrió toda la estancia con sus ojos cansados como
si estuviera buscando una respuesta a lo que le estaba pasando en cada uno de
los adornos y objetos que decoraban la habitación, tenía mucha peina a
reconocer el imagen de esta triste persona que se reflejaba en el gran espejo
de la pared que hacia frente a la cama donde descansa su cuerpo dolido, reflejo
que no tiene nada que ver con el del
poderoso soberano que celebraba hace solamente tres días su cumple año
asistiendo majestuosamente al desfile de sus tropas delante de un pueblo
rendido a sus pies. Al final, de un gesto resignado el moribundo
hablo de una voz floja dirigiéndose a la asistencia: --¡Amigas, amigos!, fieles
compañeros y compañeras, otros miembros de la familla real y a vosotros
presentes en estos duros momentos, ¡Os habla
vuestro rey!, ¡Alea jacta es!* nadie puede escapar a su destino.
Agradezco a los dioses de haberme bendecidos con dos maravillosos hijos inteligentes y
valientes, frutos del amor profundo con mis queridas mujeres. Antes de
despedirme de vosotros, quisiera que me hable de lo que será el futuro de mi
pueblo, ¡oh Tama! Fiel amiga y
compañera de siempre. Tu Que oculta
los secretos de los dioses, tu que le
hablas de “tú a tu”. ¡Oh misterio de los tiempos!, dime que será del futuro
para mis queridos servidores.
A estas palabras, sus ojos cansados por la
enfermedad, se fijan con toda la expresión de la esperanza que tenía en las predicciones
de esta mujer, Tama de la cual nadie
sabe la edad exacta, se dice que nació
diez años antes del fin de la antigua civilización o sea al menos ciento
cincuenta años antes.
Después de una larga concentración durante la
cual hablaba con seres invisibles
Tama se puso a desvelar el mensaje de los
dioses:
-las dos estrellas al firmamento se
enfrentaran, cuando el consejo de las brujas decidirá del futuro de los secretos de las
civilizaciones, quien se hará elegir con las dos coronas dispondrá de poderes inmensos que harán de él maestro del mundo. Por eso,
tus hijos serán los instrumentos de las fuerzas del mal y del bien. En estos
tiempos de miedo, hambre y muerte el reino se dividirá y un día, del desierto
saldrá la salvación, así se han pronunciado los dioses.
El rey Hachil, muy triste, dijo: ¡Qué
tragedia, qué dolor puede superar, el de
un padre y rey quien era un fiel dirigente, de ver que los hijos en quien tenía
mucha esperanza para la continuación de su obra, de ellos llegará la
destrucción del mismo! ¿Qué he hecho para merecer...esta... mala suerte?
-Tama triste intenta calmarlo: ¡Hachil!, Perdón majestad, no ha
hecho nada malo, solo hay que saber que el fuego puede apagar al fuego, La
destrucción llegó antes que estos tristes momentos y, la mano de la muerte está
a tu lado.
-el rey (asustado) ¿Qué quieres decir...
estimada concejera?
- El mal llegó de una conspiración (contesto
Tama con una cara impasible pero su voz estaba firme)
Ante estas palabras todos los que estaban
presentes, exclaman de una sola voz:
¿Conspiración?
El príncipe Rhode, hijo mayor del rey y de
Hani, con rabia se exclamo: ¿Dónde están estos mal nacidos que quieren acabar
con la vida de mi honorable padre? ¡Que salgan de las tinieblas y se enfrenten
a mí, ahora mismo si son personas de valor!, Haní con calma pregunto: ¿Dime
querida Tama, amiga mía, quiénes son los que quieren robarnos la vida de mi
querido esposo?, Lorian (llorando y lamentándose), agregó: ¡Estas personas no
merecen la vida!, ¿ que mal ha hecho mi querido padre para merecer tal fin, la
fortuna o el poder suelen ser suficientes para acabar con la vida de un
inocente quien, no ha hecho nada mas que desear la felicidad para su pueblo?.
Tama, contestándole dice: ¡Tranquilo!, la
mano ejecutora de esta obra aparecerá dentro de un momento, y así todo el mundo
sabrá la verdad, pero antes, hay que recordar que las apariencias engañan.
Inmediatamente después se oye alguien llamando a la puerta:
-Toc, toc.
- Tama gritando exasperada: ¡guardia, guardia!, ¿Quién está molestando a la familia real en
tan dolorosos momentos? ¿No le había prevenido que no queríamos que se rompiera
nuestra intimidad?
- La guardia: Perdón alteza, pero son el jefe
Talud el cocinero, y el jefe del
ejército, el general Crahan, que quieren ver os, uno para traeros la receta que
le pidió el médico, y el otro para transmitir los mensajes del pueblo a su
majestad.
- Tama: ¡Basta, basta, que entren!
Los dos anunciados penetran en la sala con el
rostro triste, haciendo la reverencia para saludar a los reyes.
-El general Crahan, dijo: ¡Le presento, oh mi
Rey, mis saludos, más respetuosos y los del pueblo. Como una sola voz, todos
los territorios que componen vuestro reino; del este al oeste, del norte al
sur, de la selva a la sabana, hasta en las tierras secas del desierto de Tundu;
todos los habitantes le desean una pronta mejoría de su estado de salud. Si
mueres, nada ni nadie podrá compensar su ausencia, entonces majestad, que los
Dioses le ayuden.
-El Rey Hachil, respondió: ¡Gracias general!,
ha sido el pacificador de los bárbaros, el que imponía ley y
orden en mis territorios, conquistándolos uno por uno, Día y noche a mi
lado. Por eso; Delante de la familia real; ordeno que al morirme, te conceden
el título de Duque de la tierra que elegirás entre los territorios de la selva
y el desierto de Tundu. Pero estoy preocupado por lo que me cuenta Tama, que
después de mi muerte llegará la felicidad, pero antes habrá hambre, muerte y
destrucción de las relaciones dentro de mi misma familia, precisamente entre
mis dos hijos para la sucesión. Lo más
preocupante es que, una conspiración que tiene por objeto el cumplimiento del
deseo de los Dioses será el origen de mi
enfermedad, y que la verdad saldrá de uno de los que debían entrar en esta sala
en este momento precisamente, y seréis vosotros, tú y el jefe cocinero.
Ante esto, el General Crahan, le respondió
con la cara crispada por la sorpresa que le procuro el rey pronunciando tales
palabras: ¿Entonces, sospechas de mi lealtad? ¡Oh Rey!
-El rey Hachil con los ojos entrecerrados:
¡Tama nos lo dirá!
En el centro de la habitación había una mesa
donde se depositaba todo lo que el rey Hachil pedía de comida, recetas o
bebidas.
Acercándose a la mesa, el jefe cocinero dejó
la bandeja con las recetas e intentó escapar. Inmediatamente con su voz
autoritaria, el General Crahan, llama a la guardia: ¡Guardia, guardia, pare y
traernos al jefe cocinero!
La guardia ejecutó las órdenes y cogieron al
cocinero por detrás y lo levantaron hasta que sus pies no tocaran suelo; el pobre, muerto de miedo, se le
temblaba todo el cuerpo, sus ojos color ámbar parecían salir de sus órbitas, Su
gran bigote disimulaba apenas el rictus de su boca, y se veían sus dientes mal
cuidados apareciendo de vez en cuando buscando
respirar, debido a la presión de su vestido tirándole por detrás y que
le cogía por delante la garganta, cortándole la respiración.
Cuando la guardia lo dejó en el suelo;
delante de la sorpresa general, empezó a respirar a fondo y a aletear.
Tama de una mirada penetrante con sus ojos
azules y su cara deformada por el enfado, comenzó a gritar: ¡Dinos la verdad!!!
¿Qué verdad?, ¡Oh Majestad! – Respondió el
jefe cocinero- ¡Te lo juro delante de los Dioses que no sé nada!
Tama, más amenazante aún, lo miró
profundamente en sus ojos, e inmediatamente se veía al pobre hombre sacudido
por violentas convulsiones.
Tama gritando: ¡Dinos la verdad o cállate en la
muerte para siempre!!
El jefe cocinero, lamentándose, sacudido
por fuertes espasmos con la respiración
entrecortada, suplicando: ¡por favor, basta! Si me dejas hablare.
Era como si con solamente una mirada suya, la
bruja estrangulaba al pobre cocinero.
El Rey Hachil lleno de compasión le dijo a la
bruja: ¡basta! Déjalo hablar.
Cuando la adivina apartó su terrible mirada,
el jefe cocinero, de milagro, recobra la normalidad, desapareciendo los
espasmos y el dolor.
*